La humanidad se encuentra hoy transitando “una tormenta perfecta”. Se ha unido a sus torbellinos el inclemente ataque biológico de un virus que ha llevado a sus habitantes al confinamiento físico dentro de sus respectivos hogares. Además, ha puesto a prueba los modelos de producción, economía y sistemas políticos en cada rincon del planeta. Un un mensajero silencioso, cargado de señales. Es una tormenta perfecta porque ante los problemas que anteceden a la actual pandemia, ya existen otros como el cambio climático, las desigualdades sociales, las asimetrías económicas y el crecimiento de la pobreza, además de la concentración de riqueza, que trae como consecuencia el desborde del poder que abusa y corrompe los marcos éticos, legales y legítimos en diversas partes del mundo y, en América Latina en Particular. Una tormenta perfecta que a gritos dice: “La humanidad está en crisis”. De otro lado, y en este entorno turbulento, los estudios organizacionales abogan y defienden una postura crítica amparada en los argumentos que históricamente han defendido en su perspectiva humanista, con un lenguaje que trasciende el instrumentalismo administrativo y, ubica al ser humano en el centro de atención.